Un grupo de 40 científicos de 14 países firma un artículo en la revista Science en el que indican que es imprescindible  mejorar la regulación de la ventilación para combatir las enfermedades de transmisión  aérea como la COVID-19. Piden que se cambien o elaboren normas para regular la ventilación a la misma escala en la que se aplicaron en los siglos XIX y XX otras para eliminar los patógenos del agua potable y para evitar las infecciones en los alimentos.
El título del artículo es «Paradigm shift to combat indoor respiratory infection: Building ventilation systems must get much better» donde se destaca  que como la COVID-19 se transmite sobretodo por el aire, y que seguramente  también  para muchas otras infecciones respiratorias, hay que  cambiar y mejorar los sistemas de ventilación para ayudar a prevenir dichas infecciones. A la vez que se limita el consumo de energía, por el cambio climático.
Se insta a que los estándares obligatorios de ventilación de los edificios incluyan un mayor flujo de aire, tasas de filtración y monitores que permitan al público observar la calidad del aire en los espacios interiores compartidos. Todo ello es un tema de SALUD PÚBLICA que debe abordarse con carácter de URGENCIA.

La mayoría de los estándares mínimos de ventilación fuera de las instalaciones de investigación y atención médica especializadas sólo controlan el olor, los niveles de CO2, la temperatura y la humedad. También deben controlarse según la demanda para adaptarse a las diferentes ocupaciones de los espacios interiores y las diferentes actividades y ritmos respiratorios, como hacer ejercicio en un gimnasio o sentarse en una sala de cine. Esto no significa que cada espacio interior debe convertirse en una instalación de bioseguridad, pero un edificio debe diseñarse y operarse de acuerdo con su propósito y las actividades que se llevan a cabo allí, de modo que el riesgo de infecciones transmitidas por el aire se mantenga por debajo de un nivel aceptable .

Se establece que las inversiones necesarias para mejorar los sistemas de ventilación y climatización podrían ser menos del 1 % del costo de construcción de un edificio estándar, y se puede obtener un ahorro mucho mayor al reducir los costes sociales de las infecciones.

Los científicos resaltan que en en el siglo XXI se necesita establecer los cimientos para garantizar que el aire de los edificios esté limpio con una cantidad de patógenos sustancialmente reducida, contribuyendo a la salud de los ocupantes del edificio, tal como se espera para el agua que sale de los grifos.

Los autores destacan que el aire puede contener virus al igual que el agua y las superficies. El aire en los edificios es aire compartido, no es un bien privado, es un bien público y se tiene que empezar a tratarlo así.

¿Será suficiente con cumplir con la legislación actual como el RITE o se tendrá que mejorar? Si se hubiera cumplido con el RITE, en vigor desde 2007, ¿se hubieran controlado los contagios y sus consecuencias?

Los prevencionistas tenemos mucho que decir en todos estos temas, os animamos a trabajar en este sentido con la Asociación Española de Higiene Industrial.

Para acceder al artículo:

Paradigm shift to combat indoor respiratory infection.
Building ventilation systems must get much better